Porque me hizo con amor, es la primera razón por la cual lo quiero tanto. Decidió escoger mi nombre y me encomendó la tarea de pensar en él, siempre que lo escribiera.
Me ayudó a dar mis primeros pasos y sin percatarse, limpiaba el camino que hoy me tocaría andar. Porque siempre creyó que pelear no era una buena opción, sino conversar hasta llegar al entendimiento.
Me compró chucherías en mi niñez y ahora también, ¿por qué no? Quiere siempre lo mejor para mi donde quiera que esté y es la persona más comprensiva de todas las que me rodean.Aunque el destino se empeña en separarnos, no existe distancia posible. Pero más importante aún, es mi cómplice, mi confianza, mi guardián… ese es mi papá. El único que existe, pues no hay fuerza capaz en el mundo de destruir nuestro cariño, porque yo soy su niña, su razón de ser y de levantarse cada mañana al comenzar un nuevo día.
Cuando estoy muy triste, pienso en él y hasta llego a pensar que si estuviera cerquita, muy rápido se resolverían los problemas. A él, le debo mi vida y le doy las gracias por existir, por ser parte de su mundo, por poder contar con su apoyo.
Por enseñarme que en la vida existen más momentos malos que buenos, por tanto los buenos hay que aprovecharlos. Le doy las gracias a la vida, por dejarme hoy darle un fuerte beso y que cada tercer domingo de junio sea especial, porque existe él, mi papitín… el papá más mágico que puedas imaginar.
Por: Dayessi García Sosa
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