Pequeñito de tamaño pero grandote de corazón, con su vista fija hacia sus compañeros les trasmite la energía de un volcán y aunque no pueda correr junto a ellos las ganas no le faltan.
Cuando lo escuchas hablar piensas que tienes frente a ti a un gigante, porque la palabra límite dejó de existir en su diccionario y las metas que se traza para su vida futura lo inspiran a estudiar cada día. Sigue leyendo
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