Tomado de:adelante.cu
Camagüey.- No resulta descabellado asegurar que en el tema de la Salud Pública en Cuba la tasa de mortalidad infantil al cierre de un año es sinónimo de cómo se ha trabajado, cómo se cumplen los protocolos a seguir en cada instante, cuestión que no solo sucede en este país, sino en el resto del mundo.
Recordar que terminamos el 2014 con una tasa de 4,7 fallecidos por cada 1000 nacidos vivos no es ocioso, todo lo contrario, la provincia quedó por debajo de cinco, estuvo por encima de la media nacional y de los propósitos para el transcurso de esos 12 meses.
Como la inconformidad no puede dejarse de la mano y creer que el azar consigue milagros, expertos en todo lo relacionado con el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), directivos e invitados pusieron sobre la mesa diferentes tópicos, que pese a estar en blanco y negro, no son cumplidos a cabalidad o se tornan hasta obsoletos, con los consabidos errores, a veces irreparables.
El municipio de Camagüey, decisor en cantidad y calidad de la atención médica a adolescentes, mujeres, embarazadas y niños, debe fortalecerse para que así redunde en las estadísticas provinciales, esas que no son vistas como simples números o porcentajes, sino como niños y paridas vivos, sanos y con mejor calidad en sus existencias.
La especialidad de Genética debe llegar a cada una de las embarazadas, no únicamente para diagnosticar en el instante preciso la posible llegada de un bebé malformado o con enfermedades incompatibles con la vida, sino para ofrecer el consejo adecuado y a tiempo a parejas y familias proclives a esas dificultades, y también con vista a aportar ciencia y orientar el momento oportuno para la gravidez en otros casos.
Para evitar los bebés con bajo peso al nacer la Atención Primaria de Salud (APS), en este caso los médicos y enfermeros de la familia, los dedicados a la educación y promoción para la salud, así como los especialistas radicados en los hogares maternos desempeñan un rol capital, incluso, se habla de personal capacitado para apoyar ejercicios, educativos, y muy vinculados a la alimentación de la embarazada, la revisión de sus pezones y orientación de cuándo deben ser expuestos al sol, e impedir embarazos en las adolescentes, infelizmente algo muy de moda a pesar de los riesgos que implica.
El prestigioso pediatra y Profesor Consultante, doctor Manuel Oliva Palomino insistió en que la embarazada debe ser visitada, hay que saber cómo vive, cuál es el comportamiento familiar y su cuidado. Ella tiene que conocer asuntos tan elementales y a veces olvidados como el mantener una adecuada higiene, pues de lo contrario, la vagina produce prostaglandina, la cual modifica el cuello uterino y desencadena el trabajo de parto antes de tiempo y, por ende, un prematuro con todos los peligros asociados. Lo mismo ocurre con las relaciones sexuales, pues si sus contactos son sin condón antes de los siete meses causa el mismo efecto, ya pasado ese tiempo la prostaglandina contenida en el semen favorece la maduración del cuello del útero y así a un mejor alumbramiento.
Todas estas medidas originan que tanto la embarazada como el bebé lleguen al ginecobstetra y al pediatra en un estado favorable y el proceso fluya con naturalidad y menos complicaciones. Los niños que nacen con bajo peso requieren de un seguimiento especial por un equipo multidisciplinario al recibir el alta hospitalaria.
Si todo esto se logra en el 2015 y los años venideros, con un personal cada vez más preparado, si las consultas de planificación familiar son llevadas al dedillo, cumplen con la adecuada utilización del método clínico y las autoridades de la APS controlan el funcionamiento de los médicos y enfermeros de la familia; sin olvidar la necesidad de modificar conductas nocivas y que atentan contra el buen funcionamiento del PAMI, no hay dudas de que las tasas estarán en correspondencia con la nacional (4,2), e incluso por debajo, como lo lograron varios territorios.
Otros especialistas como las Profesoras Odila Quiroz Vigueira, pediatra, Sarah López, especialista en anestesiología y reanimación, prestigiosos obstetras y directivos, conducidos por el doctor Fernando González Isla, director de Salud Pública en la provincia, pusieron el dedo en la llaga a la hora de encadenar cada eslabón de este Programa que hace a Cuba brillar con luz propia ante los ojos del mundo, pero en el que a veces si no son bien enlazados subsiste un hálito de insatisfacción, en su mayoría sin reparo.
Él personal vinculado al PAMI de Jimaguayú y Minas recibió reconocimientos por mantener sus tasas de mortalidad infantil en cero el pasado año; al igual que los servicios de Terapia Intensiva y Neonatología del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña y el de Neonatología del materno infantil Ana Betancourt; el hospital pediátrico de Florida y la Sala de Terapia Intensiva del universitario Manuel Ascunce Domenech.