Vertientes, 10 Oct.- El ruido de trapiches moliendo la caña de azúcar, el olor a melao fresco, el sudor de manos esclavas bajo un sol ardiente y dolor, mucho dolor a pérdida, a impotencia ante tanto sufrimiento humano y ante tan pocas esperanzas de vida.
Así imagino esta tierra hasta aquel 10 de octubre de 1868, cuando un padre amoroso decidió acabar con tanta miseria y darle lo más hermoso que puede tener un ser humano, su libertad.
Desde muy pequeños nos enseñan que aquel día inició la lucha en Cuba, para quienes no vivimos esos años, tal vez ni siquiera sepamos valorar la valentía que requería hacer un acto como ese, en una época donde la esclavitud de la raza negra era muy común.
Sin embargo Carlos Manuel de Céspedes decidió que era tiempo de que los cubanos no solo fueran libres, sino que tomaran el coraje para luchar por la independencia de su nación, conscientes de que tal sacrificio derramaría mucha sangre inocente.
Un día glorioso el de hace 148 años, marcó un camino a seguir: el de la verdadera soberanía. Luego, con los años, vendrían innumerables historias de singulares patriotas que nos legaron valores, pero sobre todo, su ejemplo.
El Comandante Fidel Castro, dijo en una ocasión y parafraseo, que el proceso revolucionario cubano fue uno solo, el cual comenzó el 10 de octubre de 1868 y culminó con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959.
La historia escrita por nuestros antepasados, se lee fácilmente, pero fueron años donde la lucha era cruenta, aquellos hombres y mujeres que la iniciaron, eran de carne y hueso, con virtudes y defectos, unidos por el mismo propósito, lograr la libertad de la Isla, ese deseo los hizo grandes. (Por Yurisey Hechavarría González/ yurisey@cmhv.icrt.cu)
Daisi Contreras Madrazos
Editorial CMHV
Eovalis Matos Arias
Frank Fernández García
Emisora Vertientina 
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