Vertientes, 4 mar.- Un grito de dolor es el que retumba en toda Cuba desde hace 57 años, cuando un monstruoso acto de sabotaje conmovió los corazones de la mayor de las Antillas.
El 4 de marzo de 1960, primeras horas de la tarde, se desarrollaban las labores de descarga del buque francés La Coubre, en los muelles de la Pan American, del puerto de La Habana… Se produjo la primera explosión a bordo.
Obreros, soldados, bomberos y policías acudían a prestar socorro a las víctimas en el instante en que un segundo estallido destruyó las bodegas donde se realizaban los trabajos, provocando además mayor número de muertos y heridos.
La nave francesa había partido del puerto de Amberes, en Bélgica, y transportaba armas y municiones adquiridas por Cuba para su defensa, y la trampa fue orquestada de forma tal que al ser movidas las cajas detonaran esas explosiones.
Rumbo al cementerio de Colón, marchó por la calle 23 de la capital cubana el cortejo fúnebre. El pueblo rememora siempre en esta fecha los tristes hechos y reclama en cada aniversario las almas inocentes sacrificadas bajo el único propósito de doblegar a un pueblo invencible.
A las puertas de la principal necrópolis habanera, Fidel, líder invicto e histórico de la Revolución Cubana, se dirigió al pueblo proponiéndoles una nueva consigna…
“¡Esta trinchera se mantendrá firme e invencible! Porque los que estamos en ella, los que tenemos el privilegio de estar en esa trinchera, no la perderemos. Para cada uno de nosotros, individualmente, la consigna es: ¡Patria o Muerte!, pero para el pueblo, que a la larga saldrá victorioso, la consigna es: ¡Venceremos!
Esta trascendental frase del Comandante en Jefe, que resulta suicida para aquellos de espíritu pequeño, ha sido siempre para los revolucionarios cubanos expresión de convicciones, firmeza y disposición a entregarlo todo por su Patria amada.
Desde entonces y hasta siempre unidas, ¡Patria o Muerte, Venceremos!, constituyen un juramento de los hombres y mujeres dignos de esta tierra, voz de lucha y de victoria.
Han transcurrido 57 años y sin embargo, ese grito profundo de la nación por su derecho a la vida sigue siendo la certeza que junto a Fidel guía nuestros pasos. (Por Elizabeth Rivero Cabrera / elizabethrc@cmhv.icrt.cu)
Debe estar conectado para enviar un comentario.