Vertientes, 10 oct.- En el batey de La Demajagua, ante unos 500 esclavos congregados, Carlos Manuel de Céspedes expresó: “Ciudadanos, ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino viene a alumbrar el primer día de libertad e independencia de Cuba”.
Con el doblar de la campana de su ingenio el abogado y patriota marcó el inicio del triunfo de las ideas independentistas frente al entreguismo y las corrientes anexionistas que hace 149 años regían los destinos de todos los habitantes del país, pero sobre todo, de aquellos a los que convocó a pelear por la soberanía.
RevoluciEsa mañana el hacendado bayamés pronunció la declaración de independencia conocida como Manifiesto de la Junta onaria de la Isla de Cuba o Manifiesto del 10 de Octubre y así comenzó la primera guerra independentista que duró una década y tuvo un objetivo redentor y democrático.
A la lucha revolucionaria que inició Céspedes el 10 de octubre de 1868 le siguieron otras y aunque el objetivo mayor no se logró, en ese momento comenzó a fundarse la nación cubana con un cambio radical en la historia de la Patria.
Por ese motivo, para el Comandante en Jefe Fidel Castro hasta nuestros días solo hay una Revolución, y la inició Céspedes, pero que tuvo su máximo esplendor en la alborada del Primero de Enero de 1959.
Durante más de 58 años los cubanos hemos construido y defendido esta obra, incorporados a todas las tareas con una perfecta combinación de fuerza, altruismo, hermandad, internacionalismo y voluntad; siempre dispuestos y resueltos a buscar soluciones.
Con el empeño de mantener las más legítimas conquistas sociales, los habitantes de la isla caribeña miramos el legado del artífice principal de la Revolución desaparecido físicamente el pasado año para no defraudar su certeza e la victoria. (Por Eovalis Matos Arias / eovalis@cmhv.icrt.cu)
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