
La Habana, 20 abr.- Que Cuba tenga hoy un nuevo presidente no es solo el resultado de un proceso de elección. Hay mucho de responsabilidad, de simbolismo, en el tránsito de esa generación histórica a otra, que no se curtió entre montañas ni bajó de la sierra con un triunfo peleado; pero que ha crecido como salvaguarda y, sin apartarse del camino, se ha dispuesto a fundar, a transformar, a conquistar… Se trata, parafraseando al poeta, del «renglón de una historia mayor», que habla de continuidad.
Debe estar conectado para enviar un comentario.