Camagüey, 21 feb.- El embarazo en la adolescencia es una de las principales preocupaciones de la Salud Pública en esta provincia, y de la sociedad en general, debido a los riesgos, tanto físicos como emocionales que implica para la joven madre y su bebé.
La Dra. Daymi Saavedra Moredo, especialista de segundo grado en Ginecobstetricia y máster en Atención integral a la mujer, explicó que actualmente existe una temprana fecundidad en las adolecentes menores de 15 años de edad, quienes presentan múltiples complicaciones a nivel biológico, por la inmadurez de su aparato reproductivo, además de la afectación psicosocial.
Entre estas mencionó la anemia, infecciones urinarias, cuadros hipertensivos, hemorragias asociadas con afecciones placentarias, la escasa ganancia de peso por malnutrición materna asociada, síntomas de parto pre-término y el rompimiento prematuro de las membranas ovulares, entre otras.
Durante el alumbramiento, los problemas más frecuentes son las alteraciones en la presentación y la posición del feto, que se han relacionado con un desarrollo incompleto de la pelvis, así como la incapacidad del canal de parto para permitir el paso del bebé, lo cual hace lento el proceso y todo esto provoca el aumento de los partos operatorios, afirmó la especialista Saavedra.
También es necesario que la gestante adolescente que no ha completado su crecimiento, logre ganar más peso que la embarazada adulta, para conseguir un neonato con peso adecuado, puntualizó.
Además, a esos factores de riesgo se suman las complicaciones psicosociales, pues en la mayoría de los casos el embarazo de las adolescentes es no planificado y tienen que afrontar, en muchas ocasiones, el abandono de sus parejas, la imposibilidad de concluir sus estudios escolares, lo cual limita sus planes de vida y el acceso a oportunidades de desarrollo.
Asimismo, se incrementan los riesgos en la morbilidad de la adolescente embarazada y su bebé, y se limita la capacidad de la madre para cuidar y criar al niño, especificó la Dra. Daymi Saavedra Moredo.
La educación sexual en edades tempranas es la principal vía para la prevención, en la cual deben participar la familia, la escuela y la sociedad.
Ello requiere, además, la imbricación de organizaciones e instituciones del país, a fin de que los menores de edad estén preparados a su debido tiempo para formar una familia, pues el embarazo debe ser un sueño deseado. (Dannys Hernández de Luaces/Radio Cadena Agramonte.) (Foto: Archivo)