Vertientes, 25 ene.- La elaboración de alimentos demanda sabiduría, experiencia, creatividad y dedicación, y todo esto tributa a la calidad de esas producciones bajo la premisa de generar mayor satisfacción en los consumidores.
Son estas cuestiones a potenciar cuando está en marcha el proceso de ordenamiento en el país en el que los trabajadores de la industria alimentaria desempeñan una significativa misión por el impacto directo de su labor en la complacencia de quienes reciben el resultado final.
El pan de la canasta básica propicia las más dinámicas polémicas porque todavía NO alcanza la mejor calidad, es cierto. Por eso, no es posible esa correlación necesaria entre este indicador y su precio.
No obstante, en varios sentidos el esfuerzo es apreciable. Son los trabajadores de ese sector quienes comienzan cada jornada dispuestos a sobreponerse a esas dificultades que emanan de equipos defectuosos, continuas roturas y otros avatares.
Merecen todo el respeto y la admiración, y así deben sentirse comprometidos para retribuir con un producto que el pueblo agradezca. Para garantizar que cada ciudadano reciba el pan cada día y otras ofertas muchos madrugan y laboran cuando otros descansan y disfrutan del sueño. Tal dedicación precisa del reconocimiento.
Sin dudas, en los trabajadores de la Industria Alimentaria no falta pericia. Ello lo han demostrado en no pocos momentos cuando en tiempos de ciclón su altruismo se multiplica para mantener la vitalidad de sus procesos productivos, aunque casi siempre pasa inadvertido.
Es seguro que entre las prioridades figura corregir las imperfecciones y brindar productos de mayor calidad que será posible materializar con el empeño, la voluntad y la consagración de quienes afrontan también las limitaciones impuestas por el bloqueo yanqui y la Covid-19. (Por Eovalis Matos Arias / @villabaracoa) Imagen de archivo.
Daisi Contreras Madrazos
Editorial CMHV
Eovalis Matos Arias
Frank Fernández García
Emisora Vertientina 
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