
Camagüey, 18 ene.- Garantizar los productos de la canasta familiar normada y lograr la diversificación de la cartera de renglones con el propósito de contribuir a la sustitución de importaciones son premisas de la Industria Alimentaria en Camagüey que hoy inició la jornada de celebraciones en saludo al Día del Trabajador de ese sector.
La Unidad Empresarial de Base (UEB) Raúl Cepero Bonilla mereció la sede de las actividades por los resultados en los indicadores económicos a pesar de un complejo contexto en el que prevaleció la disposición de ese colectivo que ostenta la condición de Vanguardia Nacional.
Milene Rodríguez Suárez, directora de esa UEB, expresó que constituye una satisfacción recibir ese estímulo a partir de los controles internos, el avance de las inversiones previstas en el año, el quehacer de los innovadores y el incremento de la productividad mediante los encadenamientos con la agricultura.
Por otra parte, destacó la recuperación del matadero de cerdo, los hornos, el área de cocina y la caldera, esta última como parte del programa Calderas Eficientes que en los próximos días prevé retomar su productividad ahora con mejores condiciones y el ahorro de los portadores energéticos.

En la jornada se otorgó la distinción Pedro Marrero Aizpurúa que entrega el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca a hombres del sector con 25 años de trayectoria laboral, entre ellos Daniel Barrameda Tudurí, quien recibió en el 2022 el premio al Mayor Impacto Económico en el país.
La ocasión fue propicia para reconocer, también, a los colectivos de las empresas de Aceite y Grasas Comestibles, Bebidas y Refrescos, Conservas y Vegetales, la Cadena Cubana del Pan y la UEB Torrefactora de Camagüey, por el esfuerzo de los trabajadores en la búsqueda de alternativas para mantener la vitalidad de sus industrias.

Jorge Luis Fajardo Casas, secretario general del gremio en el país, destacó que además de la materia prima, el sello de calidad lo ponen los hombres y las mujeres del sector en medio de situaciones muy complejas desde el punto de vista económico y financiero.
“El esfuerzo es grande, aunque a veces no se aprecie en la mesa del pueblo, y en ese empeño hay que resaltar el aporte de las industrias que acumulan varios años de explotación”, afirmó.

Los colectivos de la Industria Alimentaria en el territorio agramontino tienen en sus manos la responsabilidad de cubrir una demanda, aún insatisfecha, con el reto de mejorar los índices productivos y buscar alternativas frente al impacto del bloqueo norteamericano impuesto a la Isla. (Texto y fotos: Gladys Daylin Morera Cordero/Radio Cadena Agramonte)